Los densímetros sirven para determinar la densidad de líquidos o la concentración de sustancias disueltas.
Las unidades de densidad se expresan usualmente en g/cm3 (g/ml) o también en °Baumé. La concentración se indica como porcentaje en volumen (vol.%) o como porcentaje en peso (peso%). El límite de error está entre ± 2 divisiones de escala.
El líquido a ensayar se introduce en una probeta transparente de tamaño adecuado (véase figura 1) y se atempera a la temperatura de referencia indicada en el densímetro.
Inmediatamente antes de la medición, el líquido se agita bien con una varilla de vidrio para eliminar diferencias de densidad y de temperatura.
El densímetro limpio sólo debe sujetarse por encima de la escala. Al introducirlo en el líquido, no debe humedecerse más de 5 mm por encima del punto de lectura, ya que si no, el líquido adherido falsearía el valor de medición.
Debe vigilarse que el menisco se forme de manera regular y que no varíe en forma y altura durante los movimientos ascendente y descedente del vástago del densímetro. Si no ocurre así, debe limpiarse cuidadosamente el densímetro con Mucasol®.
Cuando el densímetro ha alcanzado el equilibrio y flota libremente, sin tocar las paredes de la probeta, se lee el resultado «desde abajo» en caso de líquidos transparentes, líquidos completamente opacos se ajustan leyendo «desde arriba» (véase figura 2).
Inmediatamente tras la lectura se comprueba la temperatura del líquido. La máxima temperatura de medición para densímetros sin termómetro es de 70 °C.